Llegada a G. UDAYAGIRI
La llegada al centro de G. Udayagiri, y más un día que las chicas no tienen colegio, es una fiesta. Prácticamente todas, las más de 170 niñas, nos reciben con flores y dándonos la bienvenida. En este centro es donde Amigos de Odisha tiene más niñas apadrinadas.
Y eso que el lunes es el último examen de décimo y las mayores andan repasando, pero mañana por la tarde después del examen, nos prometen, organizaremos una fiesta.
Felicitamos a las dos deportistas que ganaron medallas de oro y plata en competición a nivel del nacional. Están, estamos, muy orgullosos y para ellas ha sido una experiencia increíble viajar fuera del Estado, a Delhi, competir en un gran polideportivo frente a miles de personas y ganar. Son unas héroes locales.
También al grupo de danza que ganó en competición del Estado por la danza tribal que interpretaron.
Nos reunimos con el staff y escuchamos sus impresiones del funcionamiento del centro.
El año pasado se pudo realizar una buena tarea de mantenimiento del centro. Los que lo conocéis, sabéis el tamaño que tiene, la cantidad de edificios diferentes que hay para albergar a casi 200 personas (en algún momento alrededor de 300), y muchos de ellos construidos hace años. Han sido salas a las que se les había caído el tejado, ventanas de los dormitorios, puertas de los baños, instalación eléctrica, camas,…. Tenemos oportunidad de ver el resultado de todas las reparaciones. Cada vez está mejor, se procura una adecuada habitabilidad para las chicas, pero comprobamos que aún queda mucho por hacer . Sobre todo techos de algunos dormitorios y algún edificio que requiere más rehabilitación y que debería servir como alojamiento de las nuevas trabajadoras, que deben llegar en unos meses, para completar los requerimientos del Gobierno para este tipo de centros. Poco a poco…
Observar por las mañanas la rutina de las internas es todo un espectáculo. Se levantan muy pronto, apenas amanecido. Se ve cómo van saliendo de sus dormitorios primero las mayores y luego por orden 
de edad.
Los cuartos se comparten por cursos escolares, y tienen dos filas de camas que dejan un pasillo en medio, debajo de las cuales guardan una caja metálica con sus cosas. Las camas sirven también, una vez recogidas las colchonetas, como mesa de trabajo.
En ese mismo orden van a los grifos del patio, único suministro de agua, y allí se las arreglan para ir cogiendo cada una para lavarse, limpiarse los dientes, ir al baño y lavarse la ropa. No hace calor.
Todas terminan antes del desayuno, que pasan a recoger de la gran cazuela donde lo han preparado.
Conforme van terminando salen del comedor y cada una limpia, en perfecta armonía, su plato. Un rato de repaso y al colegio con el impecable uniforme. Una fila para las que estudian de primero a octavo, que lo hacen en el colegio que hay al lado del centro, y al que van en formación acompañadas de algunas trabajadoras.
Tuvimos oportunidad de hablar con alguno de los profesores de esa escuela y la impresión fue estupenda. Personas vocacionales e ilusionadas con su trabajo docente y con multitud de iniciativas docentes. Comen allí.
Las mayores van en dos moto-rickshaws al instituto que está más alejado.
Y por la tarde ya nos preparan la fiesta. Nos sorprenden con la coreografía tribal ganadora y nos encanta. Van vestidas y maquilladas perfectas, gracias a una de las trabajadoras –la responsable Counsellor- que está muy implicada con su tarea.
Después toca poner música tipo Bollywood, todas bailando y, como de costumbre, hemos de hacerlo también los invitados. Las niñas encantadas de disfrutar juntos de ese momento… y de vernos, ¡tan mayores! bailar con ellas. Un placer.
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