Amigos de Odisha Fomentamos el desarrollo en Odisha, India

Impresiones de Odisha

Publicado el 8 junio de 2018 en Odisha | No hay comentarios

Oa hacemos llegar las impresiones de Odisha que nos ha enviado Andrea.

Ojos nuevos que transmiten una visión diferente de los proyectos que, en breve,  cumplirán ya 20 años.

Gracias a Andrea y gracias a los que cada año manteneis esa comunicación diferente entre AdO y nuestros proyectos en Odisha.

 

Hace poco andaba por India, sumergida en esa cultura que te enamora y te rompe todo al mismo tiempo. Pero no estuve en cualquier lugar, creo que el tema os interesa porque estuve dos meses en el estado de Odisha, y uno de ellos lo pasé íntegramente conociendo los centros de SMSS que allí se encuentran. Odisha te atrapa con fuerza cuando llegas, o quizá sea todo el país el que tiene ese magnetismo.


Eres diferente y eso es obvio desde el mismo instante en que pones un pie allí, pero en este estado es especialmente marcado, ya que se trata de una zona con muy poquito turismo extranjero. La gente te mira sin reparos y te piden selfies, a veces incluso con tu propio móvil! Supongo que para nosotros esto suena tan extraño como para ellos el hecho de que no comamos con las manos, usemos papel higiénico o nos guste vivir solos.
El caso es que yo ya había estado en India y quería volver. Conocí Amigos de Odisha gracias a Beatriz Zamorano, mi profesora y tutora en el ciclo de Ilustración de la Escuela de Artes de Zaragoza. Buscaba un viaje que no se limitase al turismo, quería conocer proyectos solidarios, mezclarme con la gente, profundizar en la cultura, conocer la situación de las mujeres, conocer a las mujeres… Porque cuando viajas por allí es bastante fácil entablar conversaciones con hombres, pero con las mujeres suele ser más complicado.
Al llegar al centro de Bhubaneswar una niña se me colgó del cuello, su nombre es Muni. Me dio la bienvenida a su manera, con una energía y un cariño descontrolados. Después empezó a buscar tesoros en mi equipaje. Los mayores estaban ocupados así que estuve más que encantada de que mi llegada fuese un juego. También me enseñó su habitación y así pude conocer a los más pequeños y a algunas de las trabajadoras.


El trabajo de estas personas es impresionante, la labor de administración del centro, los cuidados de los niños, comida, logística, educación… Son muchos peques y todo el rato pasan cosas.
La comunicación no era fácil, ya que no todo el mundo hablaba inglés y las que sí lo hacían no tenían un nivel muy alto. Así que entre niñas y trabajadoras me enseñaron algo del idioma de la región: el Oria (también llamado Oriya u Odia). Y así, poco a poco, iba entendiendo algunas de las palabras que decían o incluso podía mantener conversaciones básicas con ellas.


El centro en el que más tiempo permanecí se encuentra en G. Udayaigiri, a unas cinco horas en autobús desde la capital. Al llegar me impresionó su limpieza y amplitud, con columpios, zona de juego y algunos árboles. En este centro viven unas 150 niñas que están en edad de ir al colegio. Cada mañana se levantan para hacer sus oraciones, asearse, desayunar e ir juntas a clase dando un paseo. Después del día vuelven al centro donde juegan un rato, estudian, hacen sus oraciones, cenan y se van a dormir bien prontito, porque madrugan muchísimo! A las 5 de la mañana están todas arriba, domingos incluidos.
Aquí estuve enseñando algo de mecánica de bicicletas a todas las chicas que estuvieron interesadas. Shanti fue la trabajadora que más se involucró y me acompañaba al mercado a comprar herramientas y material. Durante mi estancia conseguimos arreglar su bici, que estaba en muy mal estado, llevaba cinco años sin usarla! Ahora disponen de un kit de herramientas básicas para solucionar los pequeños problemas que puedan surgir. Es especialmente útil porque este curso el gobierno va a donar una bicicleta para cada niña del centro.

 

También tuvimos clases de inglés con las trabajadoras. Lo que más les interesaba era aprender a comunicarse, así que hablábamos todo el rato y las clases eran muy divertidas. Algunas tenían un nivel más avanzado, a otras les costaba más, pero todas ponían mucho interés y absolutamente todas hablaban en cada clase. Tratamos muchos temas: comida, matrimonio, religión… Fue muy enriquecedor, tanto para ellas como para mí, me ayudaron a ver la vida con sus ojos y mostraban mucha curiosidad por saber cómo funcionan las cosas aquí.
Los domingos eran los días de pintar con las niñas. Es su único día libre y organizamos talleres para que dibujasen lo que quisieran. Normalmente nos reuníamos en la sala de ordenadores, que es la más amplia, e iban viniendo conforme les apetecía hasta que se acababa el material. Porque siempre se acababa antes el material que sus ganas de crear. Disfrutaban mucho y ahora, la mayoría de esos dibujos decoran sus habitaciones.


En este centro también viven acogidas algunas mujeres que han ido llegando por diversos motivos (Swadhar Home). En general, se han visto expulsadas de su entorno y necesitan encontrar una nueva forma de vida. Aquí se les facilita acceso a estudios orientados al trabajo, además de alojamiento y comida. Muchas de ellas han sido madres recientemente y los pequeños viven con ellas.
Por último pasé algunos días en el centro situado en Pasara, en mitad de la selva. De hecho para ir al centro es necesario que te recojan ellos porque no hay medios de transporte que lleguen hasta allí. En este centro disponen de atención médica, una ambulancia para moverse por los poblados de la zona y una English School, donde los más pequeños adquieren los conocimientos necesarios para poder acceder a escuelas oficiales.
Desde allí regulan los microcréditos de la zona y también el funcionamiento de las escuelas de educación no formal (actualmente hay 50). Ambos están financiados por proyectos de Amigos de Odisha. Sovasini es la mujer a cargo de todo esto y cada mañana recorre la zona para hablar con la gente y asegurarse de que las cosas funcionan correctamente. En caso de haber problemas se involucra personalmente en la búsqueda de soluciones.
Resumir la experiencia vivida en un texto es algo difícil. Espero que con esta información os hagáis una idea más clara de lo que allí ocurre. Aunque nuestras sociedades son muy distintas, en el fondo no somos tan diferentes, básicamente intentamos ser felices en la vida. Con estas iniciativas se consigue que personas que lo tiene más complicado por su situación actual, puedan seguir adelante y encontrar nuevos caminos que les permitan encontrar esa felicidad siendo autosuficientes.
Estoy profundamente agradecida a Amigos de Odisha por darme la oportunidad de vivir esta experiencia y a los centros de SMSS por abrirme sus puertas, tratarme con tanto cariño y enseñarme TANTO.


Publicación escrita por: Esther Millán



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